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TRADUCIENDO EL OFRECIMIENTO DEL GAS PARA EL CUSCO

  • Foto del escritor: Cesar Gutierrez
    Cesar Gutierrez
  • 16 abr
  • 2 Min. de lectura


César Gutiérrez

Un entusiasmado titular del Ministerio de Energía y Minas (MINEM), Jorge Montero, ha salido recientemente a los medios de comunicación para hacer anuncios sobre inversiones para la provisión de gas natural (GN) y gas licuado de petróleo (GLP) en la región Cusco, que es necesario precisar por la creación de expectativas.


Previamente hay que recordar que, en mayo del año pasado, el gobernador regional del Cusco, juntamente con funcionarios del MINEM, mostraban a la prensa un acuerdo para la construcción de una planta de regasificación de gas natural licuado (LNG) y tendido de redes para distribuir GN para 2,000 hogares. Esto significaba que se llevaría LNG en camiones desde la Planta de Licuación de Pampa Melchorita, ubicada en la provincia de Cañete y se regasificaría en la ciudad imperial.


Ahora se nos habla de planta de licuefacción en la ciudad del Cusco, para lo que se tendría que tender un ducto de transporte de GN desde el kilómetro progresivo (Kp) 84 del gasoducto Camisea-Lima siguiendo la ruta: Quillabamba, Urcos y Anta.

La inversión estimada en el gasoducto mencionado es de 800 millones de dólares (MMUS$), para atender a 27 mil hogares en los próximos 8 años, según el ofrecimiento de Cálidda, es decir para hacer una cobertura del 9% de los hogares de la región. Importante saber con ¿con qué fondos se hará?, ¿cómo se otorgará la concesión?


La planta de licuefacción serviría para que se lleve LNG en camiones a Juliaca, Puno, Abancay y Andahuaylas; y emerge otra interrogante ¿quién hará la planta?, ¿con que fondos?, ¿quién la operará?


Las cosas no quedan allí, pues se promete una planta de fraccionamiento de líquidos de gas natural (LGN), de donde se obtiene GLP. Se menciona que se construiría en la localidad de Kepashiato, que se encuentra en el Kp 127 del gasoducto Camisea-Lima.

 La planta abastecería de GLP a las regiones de Cusco, Apurímac, Madre de Dios y Puno, cuya demanda conjunta actual es de 3,300 barriles diarios, que representa el 5% de la demanda nacional. La capacidad sería bastante pequeña y sería bueno conocer el beneficio-costo, además ¿quién la haría y operaría?, y ¿con que fondos se financiaría?

Demasiadas interrogantes que las autoridades deben responder para no quedarnos solo con el titular mediático.

 
 
 

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